Es curioso y paradójico, casi se podría decir que caprichoso, el español. En su primera acepción, la RAE habla de espíritu como “algo dotado de razón”. Eso demuestra que los sentimientos han dejado de pertenecer al plano más puramente emocional para pasar al racional. Racionalicemos, pues.
Una persona a la que le has fallado. Ya no puede volver a confiar en ti. En el mundo racional, no existen los perdones.
Otro ejemplo. La racionalidad te lleva a centrarte en lo inmediato, en lo tangible, en lo próximo. No puedes tener sentimientos hacia aquellos que estén más lejos o, peor incluso, por los que ya no están.
Lo que parece claro es que la racionalidad anula el sentimiento, las sensaciones, la amistad, el amor… Todo aquello que nos hace sufrir. Es entonces cuando quiero ser racional. Más que hombre, incluso.
Racional, le pido a la vida
hay cosas que no se le pueden pedir a la vida.
ResponderEliminarPero puestos a pedir, ya que tu pides racionalidad, yo pido tiempo.