sábado, 12 de diciembre de 2009

De las imperfectas relaciones humanas

Sí, es pedante empezar un título con la preposición "de" en lugar de "sobre", menos arcaizante. Pero no creas querido lector (y digo lector en singular porque parece que por aquí nada ni nadie se mueve) que esta elección es fruto del azar. Al contrario, retomo la tradición latina para ejemplificar que se trata de una realidad existente desde entonces.

El equilibrio es imposible, ya estás convencido de eso, supongo. Pues bien, dándole vueltas a la cabeza creo que he encontrado una de las razones que motivan esa utopía de lograr equilibrio: toda relación humana lleva intrínsecos unos parámetros, intereses y "mediciones del querer" diferentes. No hablemos ya de las pandillas de amigos, vayamos simplemente al tú a tú. Nos acercamos al otro con unos intereses bien definidos. No serás tan necio de creer que ese primer contacto es desinteresado. Sea el motivo que sea, por compromiso social, por no estar solo, por cruzarte de frente, por haberte levantado con el pie derecho... Pon la razón que tú quieras, pero es así. Sentencia firme, vamos.

Pero lo peor viene después del primer día. Todos tenemos un amigo para cada momento o cada cosa. Siempre hay uno que nos viene mejor para los consejos de vida profesional, otro que nos orienta en lo personal, otro que ayuda mano a mano y escucha pero no aconseja... Todos son igual de loables y de necesarios. No es ese el dilema, sino que siempre es el interés. Cierto, será un interés menos interesado... pero no deja de ser interés. Incluso en la vida de parejas.

Damos un poco de asco. Yo, ya lo he dicho, preferiría apearme del sistema social. Bucólico, ausente, alcohólico. Por qué no. Tant pis.

2 comentarios:

  1. te tengo que dejar La vida en común de Todorov, estarías de acuerdo con él

    yo no :P

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  2. O ser humano é social por natureza e a sociedade ten uns intereses, bos ou malos, pero tenos. Calquera idea fóra disto é utópica e inviable.

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